sábado, 9 de septiembre de 2017

Socialmente es normal desayunar y merendar a diario bollería y repostería de mala calidad. La excusa de "no pasa nada por comer de vez en cuando azúcar porque los niños deben disfrutar" se cae por su propio peso si contemplamos el día a día de la dieta occidental de un niño. Es socialmente normal que un niño coma a diario alimentos ultraprocesados, relacionados con enfermedades no transmisibles a largo plazo: cereales de desayuno azucarados, zumos, batidos, cacaos solubles, cremas de cacao, refrescos, yogures y derivados, chucherías, embutidos de mala calidad, pan refinado, etc.
Soy de los que opina que no hay que ser ningún talibán en las recomendaciones dietéticas de un grupo de población tan delicado como son los niños y adolescentes. Efectivamente, comer de vez en cuando un alimento ultraprocesado no debería repercutir en la salud de nadie de manera general. El problema es que esto no va de ocasionalidad, sino de algo diario. Muchas familias dan a sus hijos para desayunar y/o merendar alimentos muy azucarados. Y esto es peligroso, porque se dejan de lado alimentos que han demostrado mejorar nuestros marcadores de salud, como son las frutas o el aceite de oliva.
En esta infografía comparé una rebanada de pan blanco untada con 30g de Nocilla blanca, junto a una rebanada de pan 50% integral con 18g de aceite de oliva virgen extra.
Por favor, no se fijen solo en las Calorías. Esto va mucho más allá que eso. No se trata de la aplicación práctica que le podéis dar en casa, sino en la calidad de los nutrientes que contiene el aceite de oliva virgen extra en comparación con una crema de cacao azucarada. Las grasas monoinsaturadas y el poder antioxidante de la Vitamina E/polifenoles del aceite de oliva, frente a las dosis bestiales de azúcar y aceite de palma de la Nocilla.



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